Otro día que llueve

El día está nublado, últimamente solo llueve, no solo porque el cielo está gris y las calles mojadas, ni porque estoy aquí afuera varado bajo las lagrimas de estas nuves. Las verdades, las confirmaciones y las malas noticias no hacen buena mezcla. Así me llueven ahora los temores que siempre atormentaban mi cabeza. Descubrir que ella no me amaba como decía, que no lo hizo, no lo hace y no lo hará. Enterarme de que anda por ahí con ese tipo; que solo me cambió por algún espécimen que no me daba a los talones, pero sin embargo, era él ahora, el más dichoso. Saber que está ella muy bien, mejor que yo, y está feliz con un idiota, que no sabe de las huellas que yo le dejé a ella en el alma sin que las notase. Y solo me queda el consuelo, si así puedo llamarle, de darme por fin cuenta de que, como yo, jamás habrá otro que llegue a los rincones de su alma donde yo con mucho esfuerzo llegué, alguien que la ame como yo incondicionalmente la amé, que la bese de la manera tan absurda e irrepetible como lo hice, pues para que ella encuentre a alguien que le obsequie de forma gratuita y entregada la vida, tendrá que volver a mí y ponerse de rodillas, o esperar a vivir en otra vida, donde igualmente llueva el cielo, sus ojos y su alma, rogándole a Dios encontrarme, como yo con las gotitas de mis ojos le rogué a ella que no se fuera.
m.l
That's not true... :"
ResponderBorrar¿Qué parte?
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