La gente


La gente juega a que jugar con las sonrisas de un inocente es un pasatiempo entretenidisimo. Herir o herirse a si mismo, aprovechar o perder el tiempo, "vale igual miel que mierda", y no saber quien termina más perjudicado. A la gente le vale ancladas lo que se mueve alrededor y lo que ya se murió. La ironía de este texto que hoy escribo sin ninguna razón o sin tema alguno, y sin saber cómo terminará, lo hace emocionante para mí aunque a otro le de igual lo que significa. Lo cierto es que siempre existe una persona por ahí que cagó más tu vida que las otras. Las cicatrices suelen ser una molesta tanto cada 2 meses como un año, y un día duele como otro no sentirás nada. Pero sé que no sentir nada apesta y es igual a estar muerto por dentro cuando por fuera los demás ven lo que quieren. La gente quiere aparentar que es fuerte, fuerte como para seguir adelante o fuerte como para romper cosas, sentimientos o corazones. Hay gente que se cree con el derecho de arrastrar tus éxitos o tus conquistas, llevarse el crédito de tus logros, y piensa solo en querer prestar lo que no se presta, o picar bananas con cebolla, aunque eso sea solo una extraña metáfora irracional con respecto a hacer lo que no se hace. Se toman el atrevimiento de ponerte
 los pies más arriba de la cabeza, encerrarte en tus miedos y quitarte el sueño con un beso. Hay gente de la que te olvidas porque sus acciones te obligaron, cosa que para uno es tan natural como tener hambre, porque de acuerdo a la metodología del comportamiento humano, esa es una reacción involuntaria o un mecanismo de defensa contra el dolor al ser lastimado, o contra los trasnoches y las llamadas telefónicas de las 3 de la madrugada, depende desde donde lo veas. Y entonces le pones un día del año a toda esa gente o a una en especial para conmemorar que no existe mucha gente buena pisando sobre la tierra, o que al menos hay menos de la mitad de ellos que tienen buenas intenciones, aunque la vida tampoco haya sido buena con ellos.

Publicado en 18-05-2017


m.l

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